Luciana estudió Comunicación para el Desarrollo en la Pontificia Universidad Católica del Perú, y en paralelo se formó como actriz. Sin embargo, fueron el clown y la música lo que verdaderamente terminaron de enamorarla y a lo que se dedica hoy en día. Además de licenciarse como comunicadora social, decidió aplicar las artes escénicas para generar cambios sociales al trabajar directamente con personas con discapacidades físicas y mentales en hospitales y centros de rehabilitación.
"Para mí es muy fácil desenvolverme desde la empatía y horizontalidad, entendiendo que no todos tenemos las mismas habilidades ni venimos del mismo lugar. San Silvestre me enseñó a no tener miedo a ser diferente, a saber valorar la música, las artes y la cultura, y entender que a través de ellas también podemos hacer volar la mente y la imaginación. Mi colegio me enseñó a disfrutar de aprender, y gracias a eso hoy yo disfruto ser auténtica y de aprender constantemente, ya sea en un teatro o en un hospital. La disciplina, constancia y orden que me dio un programa como el Bachillerato Internacional me marcó en mi desenvolvimiento profesional hasta hoy y es algo que aplico y agradezco siempre."